Abandono de la salud pública: las decisiones del desgobierno que nos cuestan la vida

Abandono de la salud pública: las decisiones del desgobierno que nos cuestan la vida

PRIMERA LÍNEA REVOLUCIONARIA

Nos encontramos en medio de una de las mayores crisis sanitarias que nos ha tocado vivir, que se entrelaza con la crisis estructural que enfrenta hoy el Capitalismo, derivando en un desplome de la economía, por tanto hoy nos vemos atravesados por una triple crisis.

De esta forma podríamos esperar que para el resguardo de la sociedad se tomen diversas medidas que apunten a minimizar el impacto de la pandemia del coronavirus en el sistema de salud, como ya ha quedado claro, todo lo que es obvio para nosotros no lo es para el Desgobierno Chileno, así pues han decidido dejar a la deriva el sistema de salud y reforzar el sector represivo, específicamente la institución de los carabineros. 

Abandono de la salud pública por parte del Estado: 

Hoy en Chile, existe un total abandono por parte del Estado al sector y redes de atención primaria, el cual cuenta con una gran falta de recursos y por ende mala resolutividad de las demandas que allí llegan. La atención primaria es el primer eslabón y el más importante, ya que es quien genera el primer contacto, el mismo está compuesto por establecimientos que ejercerán funciones asistenciales en un determinado territorio con población a cargo y otros niveles de mayor complejidad que sólo recibirán derivaciones desde el primer nivel de atención. 

Por ende, cualquier fallo generado aquí se traducirá en un grave colapso del sistema en general, principalmente en el sector de urgencias. De esta forma, hoy existen varios recintos asistenciales en carácter de desabastecidos, ya sea por falta de mascarillas o por alcohol en gel, productos fundamentales y necesarios para sobrellevar esta pandemia. 

Por otro lado, en lo relativo a las urgencias, el Minsal no ha declarado el número efectivo de camas UCI con el que hoy cuenta Chile, hoy 6/5 existen actualmente 636 ventiladores disponibles, a la par de 1.032 casos nuevos. La falta de acciones tomada por el gobierno para sobrellevar y no saturar el sistema de salud está llevando a que las personas que pueden pagarse una asistencia privada sean las únicas con salud digna.. 

Continuamente vemos al personal médico denunciando la falta de mascarillas, guantes, ropa de aislamiento, kit de tests de PCR para detectar el COVID-19. Es inconcebible que estos trabajadores que se sitúan en la primera línea contra el Covid hayan tenido que ingeniárselas para protegerse, hasta realizando cadenas comunitarias, como por ejemplo en la zona de sur de la RM en la que vecinxs ayudaron a coser tela para crear  mascarillas y trajes, o como en el Hospital de La Florida donde el personal de urgencia tuvo que pedir donativos para poder alimentarse durante el desarrollo de sus turnos. 

Por causa de estas demandas el Colegio Médico realizó un formulario en el cual un 85% de lo funcionarios constataron que “no contaban con todos los elementos necesarios”. Es cierto que hoy el acceder a los insumos por parte de los estado se ha vuelto una guerra y sumamente difícil, pero más allá de eso

¿Cuál ha sido el papel del gobierno, este realmente ha tomado medidas para disminuir este desabastecimiento? 

La respuesta no les sorprenderá, no, no ha hecho nada, en nuestro país se han centrado en priorizar compras en pequeñísimas cantidades con una baja productividad, perdiendo a su vez la posibilidad de negociar en varias ocasiones, como siempre, el Estado no toma en serio nuestras vidas. 

Según el Presimiente Piñera nuestro país estaba preparado para “ponerle el pecho” a la crisis, pero se ha demostrado que no es así, esta es otra de las grandes mentiras que nos ha contado,  según él mismo, el país está preparado desde enero para afrontar la pandemia. Pero la realidad es que recién el 13 de marzo se generaron las primeras compras (800 ventiladores), que según estos “estaban asegurados desde enero”.  

Nos encontramos ante una falta de insumos médicos y a su vez una falta de cuidado a nuestros trabajadores del área de salud, ya que se los tiene en condiciones precarias sobre las cuales no pueden desarrollar su labor, que 10% DE LOS CONTAGIOS ACTIVOS CORRESPONDEN A TRABAJADORES DE LA SALUD, y que ya van dos muertes que pertenecen a este ramo, tiene que decirnos algo. 

Tanto para los especialistas como para la ciudadanía queda más que claro que no se han tomado las medidas necesarias, y las pocas que se han tomado no han sido aplicadas de la forma adecuada, lo que deja un sabor amargo en la boca, porque cuando se trata de represión no se piensa dos veces  en abastecer a los Pacos criminales. 

¿Cual es la estrategia y las bases científicas que llevaron al desgobierno chileno a pagar millones de dólares para televigilancia y no para abastecer y mejorar el sistema de salud en esta crisis sanitaria? 

La subsecretaría de Prevención del Delito adjudicó una licitación pública para la instalación y arrendamiento de 1.000 cámaras de vigilancia que suman un total de $13.900 millones, si señores! esto en plena crisis sanitaria, sin tener en cuenta la actual crisis por la que atraviesa la población chilena, con la “ley de protección al empleo” donde grandes empresas han repartido utilidades de gran porte entre sus accionistas a costas del congelamiento de contratos de trabajadores chilenos. 

¿Alguno recuerda algún debate donde se inserte la opinión de la población chilena acerca de esta medida (arrendamiento de cámaras)? O nos encontramos ante una nueva decisión unilateral, sin bases científicas para su aplicación y sin una visión a futuro? 

Una nueva decisión poco estratégica, ya que existen estudios internacionales que  demuestran la poca eficiencia y hasta la falta de ésta en la presencia de televigilancia y la variable de delitos. Una de las consecuencias a las cuales se ha llegado con los diversos estudios acerca de este tipo de medidas y su reacción en los delitos, es que el efecto sobre estos es casi que minimo y lo que sí sucede es que estos se trasladan a otra zonas aledañas. 

Creo que queda más que claro, que no estamos luchando contra un mismo enemigo, mientras nosotros buscamos el resguardo de nuestras vidas ante la pandemia del COVID-19, el Estado lucha contra lo que ellos ven como una “pandemia social”, de allí se desprende el hecho que a todo lo traten como una guerra y que el discurso no haya cambiado, los militares en las calles no cumplen ninguna labor mas que la de amedrentar y reprimir, lo mismo con los pacos. 

Así finalizamos esta reflexión cuestionando una vez más, las acciones que este Estado implementa y las bases que utiliza para hacerlo, es evidente que el objetivo de este desgobierno es reprimirnos para así lograr imponernos las diversas leyes suicidas que mantendrán la economía a raya y nuestros cuerpos sirviendo fielmente al lucro. La estrategia es desmotivar más una vez otro de los sectores esenciales, haciendo con que solamente los más ricos tengan acceso a la salud.

La salud no debe ser postergada ante ninguna causa y menos ante el monopolio de coerción física de cual detenta el Estado, así compañerxs queda una vez más en claro, la necesidad de luchar por nuestros derechos, y luchar por la salud  ya que no es un privilegio, es un derecho el cual se nos está negando y postergando constantemente.

“Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copia a sus amigos; nueve de cada diez la estarán esperando. Millones quieren ser informados. El Terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad”. (Rodolfo Walsh)

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