A MANOS DE BOLSONARO BRASIL SE VA AL PRECIPICIO

A MANOS DE BOLSONARO BRASIL SE VA AL PRECIPICIO

PRIMERA LÍNEA REVOLUCIONARIA

Brasil al día de 25/06 se encuentra con 1.233.147 casos confirmados de Covid-19, sumando 55.054 muertes en total, lo cual coloca al país como el segundo más abatido por la pandemia del Covid-19 (luego de los EUA), y por ende uno de los epicentros globales del virus. 

Estos números deben hacernos ruido, pues son enormes y son representativos de las políticas genocidas de la élite capitalista que busca a toda costa mantener la ganancia y este sistema sobre la vida de los trabajadores. 

Las muertes las carga el pueblo brasileño, pero las generan las elites, específicamente el Presidente Jair Bolsonaro que abiertamente defiende la economía sobre la vida del pueblo. La masacre que están generando en nuestro país hermano podría haberse evitado, si así se hubiese querido. 

La historia nos demuestra que los capitalistas, entre salvar a las empresas o prevenir la muerte de millones, elegirán siempre la primera opción, aunque deban sacrificar a todo un pueblo.

El fin justifica los medios, la vida de los trabajadores a cambio de la ganancia.

Retomemos las políticas llevadas adelante durante la pandemia en Brasil y comprendamos por qué no se buscó prevenir la actual crisis sanitaria que enfrenta el país: 

  1. Desestimar el virus, catalogando de “una simple gripe” (palabras de Bolsonaro). 

La finalidad de desestimar el virus es no aplicar políticas de prevención, las cuales generan una cierta “paralización de la economía” según el mandatario y sus ministros. De esta forma, se naturaliza la pandemia y se distribuye un discurso “tranquilizador” que llevó a la masiva contaminación de la población.

  1. De la mano del punto anterior, Brasil se encargó de realizar todo lo contrario a lo recomendado por expertos, se realizó una campaña de desinformación en cuanto al Covid-19, lo cual promovió, que las personas salieran de sus hogares y no tuvieran los cuidados necesarios para prevenir el contagio masivo.
  2. No se tomaron medidas en el momento necesario, los aeropuertos continuaron abiertos aunque existían varios números de casos confirmados en el país.
  3. El mismísimo presidente de Brasil “boicoteo” a su ministro de la salud, generando controversias y confusión en la población.
  4. Cuando se comenzaron a tomar medidas, pues, la crisis sanitaria comenzaba a ser más que obvia, el presidente incumplió las normas en varias instancias, hasta llegó a incentivar el incumplimiento de la cuarentena.
  5. Cuando el pueblo brasileño enterraba a sus familiares, Bolsonaro los culpó de que la actual crisis se había generado de la mano del mismo pueblo, que no supo actuar frente a la pandemia (¿Les suena de algún lugar?).
  6. Hace tan solo un par de semanas, Bolsonaro decidió manipular (aún más) los datos obtenidos y hasta ocultarlos, generando un retraso premeditado en el envío de la información de los contagios diarios para que no fuera transmitido en los noticiarios. 

 Gran parte de las políticas aplicadas por Bolsonaro, no son muy diferentes a las aplicadas en Chile , la diferencia es la magnitud en la que se desarrollaron en Brasil, pues ni siquiera se buscó controlar la agresividad del virus. 

Nada sucede porque sí: 

Que no se hayan tomado medida eficientes y tempranas, para evitar el actual colapso del sistema sanitario y el genocidio generado en el país hermano, parte de la necesidad de utilizar a la pandemia como un método de control. 

Brasil, está atravesando una gran crisis social, política y económica, esto nos debe quedar muy claro, otro aspecto importante es comprender que Brasil es el modelo para toda América Latina, así como nuestro país. 

De este modo, desde comienzos del actual gobierno, se ha llevado adelante una agenda de políticas contra los trabajadores y los sectores populares, en la cual el recorte de derechos es la característica principal. 

Para lograr aprobar este conjunto de leyes, se utilizó a la pandemia y la mala gestión de la misma, pues de esta forma, bajo un sistema de salud completamente colapsado y miles de muertes diarias, nadie saldría a manifestar e imponerse a las políticas genocidas que se buscaban aprobar. 

Esta técnica, también utilizada en los Estados Unidos, ha servido, pues, la población está completamente asustada, aterrorizada y desinformada. 

Mismo libreto que en Chile: algunas de las muchas leyes que se han aprobado durante la pandemia en Brasil: 

-Ley 1595/2019: Criminalización de los movimientos sociales.

– Proyecto de ley 437/2020: condiciona el posteo de contenidos en las redes sociales y en la internet, imponiendo como determinante la colocación de un número de teléfono o un correo electrónico por parte del usuario. 

-Proyecto de ley 2418/2019 que legaliza el monitoreo de aplicaciones de mensajería, como whatsApp, telegram, entre otros. Y en caso de que el proveedor del servicio no pueda hacer tal seguimiento, se pasará a instalar un software o un equipamiento por las autoridades.

–  Proyecto de ley 3389/2019 la cual establece la obligatoriedad de vincular las cuentas sociales a un CPF (lo que para nosotro sería nuestra DNI), lo que termina con el anonimato en las redes sociales.

– Por último, pero no menos importante, el día 25/06 se aprobó un marco legal que permite la privatización del saneamiento en Brasil, la actual ley 4162/2019. 

Gran parte de estas leyes no son conocidas ni divulgadas entre la población, ya que existe todo un circo mediático en el gobierno, que va más allá de la crisis sanitaria y la pandemia que generó una desinformación brutal en el país, lo que conllevó a que varias de estas leyes fueran aprobadas sin ningún problema y hasta con la ayuda de la “oposición”.

Ataques bolsonaristas y levante popular

En el día 1 de julio los trabajadores que trabajan con las aplicaciones de repartos, están organizando una inmensa protesta y paralización a nivel internacional, movilización que surgió en Brasil. 

La manifestación será hecha de trabajadores para trabajadores, lo que significa que ningún sindicato o partido político estará a la cabeza de la manifestación, el llamado y la organización partió directamente de estos trabajadores tercerizados que no disfrutan de las condiciones legales, salariales y sanitarias mínimas para ejercer su labor, los repartidores se organizaron buscando que las empresas respondan a sus demandas y que se hagan responsables por la falta de cuidado a sus trabajadores bajo la actual pandemia. 

¿En qué consiste la manifestación? 

Los compañeros repartidores, se organizaron para hacer frente a la precarización laboral en la cual se encuentran. En su mayoría son reivindicaciones o demandas de carácter básico, pues no han sido tomados en cuenta sus derechos como trabajadores, pues en Brasil son vistos como “emprendedores” y no como empleados de las empresas para las que trabajan. 

Sus reivindicaciones generales son:

  1. Aumento del valor por Kilómetro
  2. Aumento del valor mínimo de entrega
  3. Fin de los bloqueos indebidos
  4. Rappi: fin al sistema de puntuación y a la “restricción de locales” 
  5. Seguro de robo, accidente y de vida
  6. Auxilio de pandemia (Equipamiento de protección individual y licencia)

La gran problemática está en que los repartidores no son tratados como empleados, sino como “socios” o empresarios. Se les niega cualquier tipo de relación laboral que pueda desarrollarse para garantizar sus derechos, esto con el fin de no tenerlos vinculados a la nomina de la empresa para no pagar ningún tipo de protección social y laboral que conlleva un contrato.

Pero a pesar de la imagen de independencia que quieren vender estas empresas para justificar un trabajo cuasi esclavo, los trabajadores no tienen autonomía, eso es falso, no existe un igual punto de partida en el momento de firmar el contrato, no existe una verdadera libertad entre decidir ir a trabajar o no. Cuando uno se muere de hambre y debe llevarle el alimento y sustento a la familia las opción de no trabajar no existe. 

En un escenario de creciente desempleo, las opciones son cosa de ricos, millones de jóvenes y su mayoría pobres se ven oprimidos y explotados bajo las condiciones que los empresarios le exigen, debido a la falta de alternativa.

El levante de estos compañeros frente a la masacre que están sufriendo a manos del desgobierno y de los empresarios no es poco, pues, este tipo de contratos laborales fueron generados como herramientas para lucrar sin tener que pagarle al trabajador lo mínimo indispensable por la venta de su fuerza de trabajo. 

No se esperaba que, sin estar vinculados directamente a una empresa y  sin un sindicato que los respalde fueran capaces de generar una organización en las magnitudes que hoy se tiene. Sin duda una demostración de la necesidad de unión y organización para combatir de forma real este sistema. 

Hoy Brasil se encuentra bajo un escenario catastrófico, en el cual las leyes genocidas y anti derechos se abre camino como ejemplo para América Latina, donde las cifras diarias de fallecidos superan los las 1.100 casos y en el cual se deja en claro cuales son las directrices de los capitalistas para con los demás países. 

Todo esto sustentado bajo una gran crisis económica y la deslegitimación del sistema capitalista, que no solo generan descontentamiento y muerte si no también una luz de esperanza para comenzar a pensar un mejor sistema.

Queda claro que la lucha no es de personas contra corporaciones invisibles o gobiernos criminales de turno, la lucha es y siempre ha sido una lucha de clases.

“Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copia a sus amigos; nueve de cada diez la estarán esperando. Millones quieren ser informados. El Terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad”. (Rodolfo Walsh)

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