El Acuerdo firmado por el gobierno y la renacida Concertación, sin duda, es el ingrediente necesario que complementa de manera grotesca, el anterior apresurado acuerdo realizado en noviembre para salvar a Piñera y tratar de canalizar el estallido social, nuevamente dentro del sistema, que es pilar de la dictadura de la burguesía y de los empresarios inaugurada a sangre y fuego el 11 de septiembre de 1973.
Tal como en noviembre de 2019 en medio de la emergencia de la Rebelión Popular, donde los políticos de todos los colores corrieron al llamado de Piñera para con su firma, tratar de detener la movilización social con la promesa de una limitada “Convención Constituyente”, este nuevo llamado recibió la acogida de todos los actores que han hecho de los últimos 30 años, un derroche de frivolidad, desidia, corrupción, endeudamiento, miseria, represión, torturas, mutilaciones, violaciones y muerte.
La miseria y la hipocresía de la oposición (cooperación con la dictadura de los empresarios)
El gobierno ha jugado bien sus cartas, facilitado por una oposición farsante que delante de la gente trata de parecer que difiere del gobierno, pero que, en realidad, apoya con todas sus fuerzas al sistema capitalista neoliberal que ha sumergido a Chile en una tragedia, siendo cómplice del gobierno en el despacho de leyes y medidas de carácter abiertamente represivo y que consagran el régimen de explotación.
Esto está exacerbado por los actuales timoneles de los partidos firmantes de tal acuerdo, totalmente alineados en una política de respaldo a la dictadura de la burguesía. Para poner un ejemplo de la grotesca, hipócrita y sucia conducta de estos partidos mal llamados de oposición, tenemos al partido Revolución Democrática, que se suma presta al acuerdo, soslayando la exclusión de sus socios, pero que se retira de la mesa, bajo el argumento del conteo –vil– de los fallecidos, aunque se preocupa luego de señalar que el Acuerdo, del que se bajan, contará con sus votos. Un marasmo del cual sólo se entiende el oportunismo, la codicia, y la defensa acérrima de los enemigos de la clase obrera y el pueblo explotado.
Ese pequeño ejemplo, retrata todo el comportamiento de la oposición en forma permanente, tratando de engañar al pueblo con argumentos así de pueriles y otros del estilo del Frente Amplio, cuando dicen que se “equivocaron” al votar una ley, que lo querían era rechazarla, pero no supieron leer y la aprobaron.
El paquete del “Acuerdo”
Para hacer mas atractivo el acuerdo a ojos de la ciudadanía, este traía una serie de medidas económicas para solventar la crisis y según lo que aparece en la prensa, la disputa se focalizaría en la proporción de recursos que debe ir directamente a las personas, cuánto a las empresas y a otros ámbitos.
Hoy emergen reclamos de los partidos firmantes porque habrían sido engañados, dada la interpretación oficialista de algunos puntos, como la cobertura del IFE, la vigencia o caducidad de la Ley del Postnatal, entre otras.
Las preguntas surgen solas: ¿por qué la oposición quisiera ir a negociar algo que es tan obvio?, ¿por qué no espera que el gobierno proponga las medidas?, ¿será para lucir después que, gracias a ella, se restituyó algo de dignidad a las personas?, ¿para generar la sensación de que todos estamos en el mismo barco?
La ciudadanía no entiende que quieran salir en la foto con un gobierno que vive la crisis de legitimidad más importante desde la salida de la dictadura abierta y que su manejo errático e ineficiente de la pandemia la sigue acrecentando.
Políticas de contención, confusas y sin fundamento científico, cifras de enfermos y muertos simplemente falsas, medidas humanitarias transformadas en propaganda política, no solo han hecho escalar la cantidad de infectados y muertos a niveles inauditos, sino que han terminado con cualquier credibilidad que el gobierno haya tenido aún frente a algunos sectores de la población.
La derecha y sus logros
La derecha ha apostado bien porque, con el chantaje de subir el monto del Ingreso Familiar de Emergencia, con plata que no ponen ellos sino el conjunto de chilenos/as y que deberemos pagar todos mañana (pues el grueso será endeudamiento y lo que no, será con cargo a los Fondos Soberanos, plata que también generamos nosotros).
Así la derecha económica y política ha salvaguardado lo esencial: la mantención del modelo, la no elevación de gastos sociales de manera permanente, eludir el impuesto a los “súper ricos” y soslayar las bases para una reforma tributaria que nos acerque de verdad a los países OCDE (Organización de cooperación de desarrollo económico).
La derecha ha logrado un paquete por fuera del Presupuesto, con fecha de término, con un “hasta de US$ 12 mil millones de dólares” pues, si no lo gastan todo, el saldo volverá a Fondos Soberanos, donde además ellos como gobierno definirán qué financiarán y qué no. Haciendo explícito que el monto menor de dicho paquete fiscal irá en ayuda de las familias y el grueso, a salvar su sacrosanto modelo neoliberal, credo no sólo compartido por los feligreses de gobierno, sino por casi toda la oposición que se beneficia del modelo criminal que nos rige.
La oposición también preocupada de salvar el modelo y no a la ciudadanía.
La derecha se preocupó de salvar el modelo, pero ¿qué ha salvado la oposición? Ha tratado de salvar el mismo modelo que la derecha y si bien es cierto que se elevo el IFE hasta $ 100.000 que no es menor, lo menor es que se le cayeron en el camino dos millones de familias por problemas de interpretación del Acuerdo, además del riesgo de la Ley de Postnatal, que de seguir adelante deberá hacerlo con cargo a las platas recién firmadas, según ha notificado la ministra del Trabajo.
En este escenario la otra parte, la de izquierda reformista que no es parte del acuerdo, no figura. No sólo porque se le bloquee desde los medios de comunicación hegemónicos, que se preocupan de levantar a la otra parte cuando ésta se torna más proclive a entrar en su juego, sino por su intrascendencia, situación imposible de revertir mientras no cuente con un efectivo enraizamiento social, trabajo que dejó de lado hace muchos años, cuando optó por estar cómodamente sentada en el parlamento.
Es cierto, que la oposición asistió a las conversaciones señalando que los temas distintos a la emergencia se tenían que ver después del plebiscito, pero más de algo dejó entrever la propuesta Desbordes-Insulza, al realzar al mercado, el papel fundamental de la empresa privada, así como la plena autonomía del Banco Central.
Esto último es develador. Cuando urge que las instituciones se pongan al servicio de la ciudadanía, ¿dónde ha estado el Banco Central? Donde lo sitúa la Constitución: resguardando el modelo, además de las políticas mezquinas del Ministerio de Hacienda.
La necesidad que el pueblo se organice y se exprese.
Hoy, más que nunca, la carencia de un actor social y político fuerte pena en la situación política nacional. Asistimos a los resultados de una relación de connivencia para administrar la dictadura de la burguesía durante los últimos 30 años que derivó en un actor eunuco que aún estamos lejos de revertir.
Este actor social y político fuerte, que efectivamente defienda los intereses populares, aún está por surgir. Se requiere vigorizar las organizaciones sociales y territoriales, avanzar en su coordinación y constitución como sujeto social con una plataforma común y desde allí, y en paralelo, avanzar en la nueva construcción de un sujeto político que realmente nos incluya y represente.
Esto solo será posible, en la medida que la izquierda revolucionaria se reconstruya sobre nuevos ejes, dejando de lado sus practicas y visiones de sectas y tribus acostumbradas a la autorreferencia y se vuelque con sentido estratégico, hacia la unidad sobre los temas fundamentales que no pueden ser otros que las necesidades urgentes de la clase obrera y de lxs explotados de la ciudad y el campo.
La necesidad urgente de seguir luchando
Por lo pronto y por delante, el pueblo se seguirá manifestando y reclamando sin encontrar un real cauce a sus gritos de auxilio desesperados, pero siente que al menos con la protesta recupera algo su dignidad y no deja de tener razón.
Por este motivo y todos los acumulados en esta larga noche negra neoliberal capitalista, cargada de traiciones y acuerdos espurios entre los millonarios que dirigen este país, el pueblo y sus organizaciones mas avanzadas, han llamado a una nueva jornada de protesta este 2 y 3 de julio tomando todos los resguardos sanitarios requeridos.
Los banderazos negros, el caceroleo, bocinazos, propaganda, tendencias en las redes sociales, velatones, cortes de calle donde se pueda y defensa de los territorios, forman parte de la convocatoria. Desde Primera Línea Revolucionaria, nos sumamos a esta convocatoria y preparación con la firme idea de que sin lucha, no hay victorias y que el pueblo debe seguir avanzando hacia la Rebelión Popular 2.0, para terminar de una vez con esta tragedia que ha significado la dictadura de la burguesía civil estos últimos 30 años.
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