Durante la noche de este viernes hubo una serie de protestas convocadas bajo la consigna “sin lucha no hay dignidad”, en distintos puntos del país.
En respuesta a la crisis social y económica, las manifestaciones se realizaron a través de cacerolazos, cortes de ruta, barricadas y enfrentamientos directos contra los agentes del Estado
Las protestas realizadas por segundo día consecutivo en el país, fueron fuertemente reprimidas por oficiales de Carabineros, quienes utilizando carros lanza aguas y lanza gases intentaron detener las manifestaciones además del profuso uso de balines de todo tipo.
De acuerdo con un primer recuento, son varias las personas lesionadas entre ellas, una mujer embarazada que fue atropellada por un carro policial y el joven asesinado en Melipilla en el contexto de duros enfrentamientos con las fuerzas represivas.
Las jornadas vividas este 2 y 3 de julio, estuvieron marcadas por su extensión a lo largo y ancho de todo el país, a pesar del evidente boicot realizado a la convocatoria por la llamada “oposición” y las organizaciones que son sus correas de trasmisión con las cuales pretenden controlar a la gente.
La auto convocatoria puso de manifiesto una vez más que la clase obrera mayoría en las poblaciones y los sectores populares, están totalmente en desacuerdo con la conducta de una oposición cómplice durante 30 años con el sistema capitalista aplicado en Chile y que ha llenado el país de miseria, cesantía, deudores, desigualdad, torturas, mutilados y muertos.
La pandemia no fue excusa para no salir a la calle y burlar en forma masiva, el toque de queda y la represión porque como reflejó una pobladora de Lo Hermida a Primera Línea Revolucionaria, “O nos mata el virus, o nos mata el hambre, o la represión de este criminal”.
Después de esta jornada exitosa desde el punto de vista de la movilización, pero lamentable por el asesinato del joven en Melipilla y los heridos y detenidos, el movimiento social que encabeza la Rebelión Popular, tendrá que fijarse un camino unitario y convergente, que le permita sumar fuerzas y hacer confluir todas las demandas en un gran Pliego Popular, o el nombre que se determine a las urgentes demandas sociales.
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