MIGUEL KRASSNOFF MARTCHENKO: UNO DE LOS ASESINOS A SUELDO DE LA BURGUESÍA QUE PIÑERA QUIERE LIBERAR

MIGUEL KRASSNOFF MARTCHENKO: UNO DE LOS ASESINOS A SUELDO DE LA BURGUESÍA QUE PIÑERA QUIERE LIBERAR

PRIMERA LÍNEA REVOLUCIONARIA

Hoy la dictadura de los empresarios, aprovechando la pandemia que obliga a la no movilización social, pretende liberar aquellos personajes mas siniestros que le sirvieron para desarrollar su guerra sucia contra los sectores populares.

Ya no hay duda para una mayoría de chilenas y chilenos que el golpe militar de 1973, fue un plan orquestado por los empresarios para poder instaurar un modelo que super explotara a las y los trabajadores.

Este plan requería del empleo masivo del monopolio sobre las armas y los cuerpos armados del Estado para desarrollar un dantesco terrorismo de Estado.

Los partidos políticos de la derecha y la Democracia Cristiana fueron los operadores civiles de este sangriento golpe militar, pero el plan requería de organismos y de especiales personajes que llevaran a cabo el trabajo sucio de la burguesía.

Estos empleados sanguinarios de la burguesía, provenían fundamentalmente de las fuerzas armadas y fueron preparados para tal fin por Estados Unidos en forma principal.

Hoy la dictadura de los empresarios, aprovechando la pandemia que obliga a la no movilización social, pretende liberar aquellos personajes mas siniestros que le sirvieron para desarrollar su guerra sucia contra los sectores populares. Es así que el dictador Piñera despachó con carácter de urgente una iniciativa que se hace llamar “ley humanitaria” que liberaría a reos de Punta Peuco la cárcel cinco estrellas donde cumplen condena algunos de estos sanguinarios empleados de la burguesía chilena.

Uno de esos personajes que alcanzaría la libertad en caso de aprobarse esa ley, seria Miguel Krassnoff Martchenko, y aquí presentamos parte de su historial.

Miguel Krassnoff Martchenko

Brigadier de Ejercito

Agente DINA

Alias: “Capitán Miguel”; “Caballo loco”

C.I.: 5.477.311-0)

Agente criminal del Estado Mayor de la DINA: Nace en Austria el 15 de febrero de 1946. Hijo de Dina Martchenko y Simón Krassnoff. Casado con María de los Ángeles Bassa, dos hijos.

El 11 de septiembre de 1973, siendo teniente, participa en el asalto y desvalijamiento de la casa presidencial de Tomás Moro.

Entre enero y febrero de 1974 cursa el ramo de contrainsurgencia urbana en la Escuela de las Américas de EE.UU. en Panamá. A su regreso se incorpora como tercer hombre en el escalafón de la Brigada de Inteligencia Metropolitana de la DINA, bajo el mando de Marcelo Morén Brito. Asume como jefe del centro de torturas que funciona en Londres 38 hasta agosto de 1974, pasando luego a comandar el Grupo Halcón en Villa Grimaldi y José Domingo Cañas, centrando su represión en el MIR. En ese período participa, entre muchos otros crímenes, en los asesinatos de Miguel Enríquez, Lumi Videla, el sacerdote Antonio Llidó, Carmelo Soria y Alfonso Chanfreau. En medio de la Operación Cóndor participa en los secuestros de Edgardo Enríquez, detenido en Argentina y trasladado a Villa Grimaldi, y Jorge Fuentes Alarcón, traído desde Paraguay y torturado hasta la muerte en “La Torre” de Villa Grimaldi, luego de habérsele inyectado el virus de la rabia y mantenérsele en una pequeña jaula de madera. Participó en la confección de la lista de los 119 chilenos que se pretendió hacer aparecer como muertos en enfrentamientos en Argentina, conocida como Operación Colombo, y cuyos cuerpos aún no han sido encontrados.

La vida de Krassnoff, sin duda está marcada por la historia familiar. Su abuelo combatió contra la revolución bolchevique como comandante en jefe de los cosacos, y en la Segunda Guerra Mundial, luchó (con el padre del oficial chileno y un tío) al lado de los nazis en la invasión a la Unión Soviética comunistas en apoyo al Ejército alemán en la operación Barbarroja. Cuando el Ejército cosaco se estableció en Austria, donde su padre conoció a su madre, Dhyna (curioso nombre, que se relacionará con el destino del oficial) y se casaron, los ingleses, que controlaban el país al finalizar la guerra, apresaron en 1945 a los cosacos y los enviaron a Moscú. Los tres fueron colgados en 1947 en la Plaza Roja responsables de miles de muertos.

El “capitán Miguel” acumula como pocos, mas de cien procesos por crímenes contra la humanidad, donde destacan casos emblemáticos como la operación Colombo, la ratonera de la calle conferencia y la terrible muerte de Lumi Videla entre muchos otros casos.

EL RELATO DE VICTOR TORO

“Yo estaba en Villa Grimaldi (…) y junto con otros prisioneros fui testigo de los crímenes más salvajes y brutales perpetrados por la DINA: la eliminación de una familia entera a través de los métodos más bárbaros, inhumanos y el terror insano, cuando los torturadores ni siquiera aplicaron las precauciones más elementales para esconder sus identidades. Entre el 17 y el 18 de noviembre de 1975 los presos Alberto Gallardo, Roberto Gallardo Moreno, Catalina Gallardo y Mónica del Carmen Pacheco llegaron a Villa Grimaldi. Las torturas a las que fueron sometidos fueron conducidas personalmente por el coronel MARCELO MOREN BRITO, con la asistencia de MIGUEL KRASSNOFF MARTCHENKO y FRANCISCO FERRER LIMA. Entre golpes, gritos, amenazas y mucho movimiento, estos presos fueron asesinados la noche del 18 de noviembre. Yo vi como colgaron de un árbol en el patio a Alfredo Gallardo de los testículos. Yo escuché su último gemido cuando moría. MARCELO MOREN personalmente aplicó aceite hirviendo y corriente eléctrica a los cuerpos desnudos de Catalina Gallardo y Mónica del Carmen Pacheco mientras ellas estaban colgadas de los pies. En un momento dado, los torturadores sacaron las instalaciones eléctricas de la Villa Grimaldi y, con cables de alto voltaje, electrocutaron a sus víctimas. Así mataron a estas dos mujeres. Roberto Gallardo Moreno, quien había sido sometido a torturas desde el día anterior, murió el 18 de noviembre en la parrilla eléctrica. Previo a estas matanzas, los prisioneros estuvieron con nosotros en el vestíbulo de Villa Grimaldi y así fue como supimos sus nombres.”

El montaje de la operación Colombo

La llamada Operación Colombo nació en los primeros meses de 1975, cuando la DINA y el propio ex dictador Augusto Pinochet, así como otros de sus ministros militares, comenzaron a difundir informaciones de que el MIR preparaba “guerrilleros” en distintas ciudades argentinas para hacerlos entrar clandestinamente a Chile por pasos fronterizos a combatir el régimen militar. Los diarios El Mercurio, La Tercera, Las Ultimas Noticias y el vespertino La Segunda fueron los encargados de publicarlas.

La cúspide del montaje ocurrió entre los días 17 y 19 de julio de 1975, cuando primeramente el diario brasileño O Dia, de breve tiempo de circulación, informó que 59 chilenos habían sido ejecutados en Argentina por sus propios compañeros de izquierda, atribuyendo las muertes a “ajustes de cuentas” políticas. El día 19, la revista argentina Lea, publicó en su único número que lo mismo había ocurrido con otros 60 chilenos, la mayoría del MIR.

En abril de 1975 apareció en un sótano de Buenos Aires el cuerpo destruido por una explosión con un cartel que decía “dado de baja por el MIR”. Se dijo que era el detenido desaparecido comunista David Silberman. Sin embargo, no era él. El 12 de julio de 1975 aparecieron en Buenos Aires otros dos cuerpos baleados y quemados con una leyenda similar. La dictadura informó que se trataba de quienes habían sido dado por desaparecidos en Chile, Jaime Robotham Bravo y Luis Guendelman Wisnik. Lo que también resultó falso.

El 24 de julio de 1975, La Segunda publicó en portada tal vez el titular más representativo del invento: “Exterminados como ratones: 59 miristas chilenos caen en operativo militar en Argentina”.

Objetivo y origen de la acción

El objetivo de la Operación Colombo fue hacer creer que decenas de personas, que en Chile sus familiares, abogados y las iglesias daban por detenidos desaparecidos, en realidad habían salido clandestinamente a Argentina a prepararse en guerrillas para regresar a Chile a combatir. Y que en el intertanto afuera se habían ajustado cuentas políticas matándose entre ellos o cayendo abatidos por operativos militares en Argentina, país que vivía la convulsión política y militar en los últimos meses antes del golpe de Estado de marzo de 1976.

En cuanto al origen del nombre Operación Colombo, éste se remite a declaraciones del ex agente civil de la DINA Enrique Arancibia Clavel, quien admitió en Buenos Aires en 1978 -acusado de “espionaje”- que en 1975 llegó a esa capital el agente Raúl Eduardo Iturriaga Neumann (ex jefe del Departamento Exterior DINA y actual general retirado) para hacer aparecer muerto en Argentina a un “subversivo chileno” de nombre “Simelman o algo parecido”. Se trataba de Silberman. Según Arancibia Clavel, Iturriaga le dijo que se trataba de la Operación Colombo en la cual se contó con la colaboración, entre otros, del civil argentino y miembro de la Triple A (Alianza Argentina Anticomunista) Martín Ciga Correa.

UN SASTRE DEL MIR

Miguel Angel Sandoval Rodríguez, un sastre de 26 años y que militaba en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), fue detenido el 7 de enero de 1975 en Santiago. Sus familiares informaron que el afectado salió de su casa al mediodía y que les señaló que regresaría a las tres de la tarde. Sin embargo, nunca volvió. Según testimonios de personas que estuvieron detenidas en Villa Grimaldi, fue visto por última vez en este lugar de reclusión secreto en muy malas condiciones.

Quince días después de su detención, a las 02:30 de la madrugada, civiles armados allanaron su casa, llevándose
documentación. Luego, Sandoval apareció en la lista de 60 chilenos que habrían muerto en diversos países que fue publicada por la revista argentina Lea en julio de 1975. Este medio no tuvo más ediciones y en ella no se identificaron redactores ni editores. Teolinda Sandoval, hermana del desaparecido, el 18 de febrero de 1975 presentó un recurso de amparo en la Corte de Apelaciones, solicitando que se oficiara a los ministerios del Interior, Defensa y a la DINA para que informen sobre la detención de Miguel Angel Sandoval. La petición nunca tuvo respuesta. El coronel de Ejército Hernán Ramírez, por orden de la jefatura de zona en estado de sitio, respondió que a “esta persona no se le instruye causa en el II Juzgado Militar ni se encuentra detenida”.
Raúl Flores Castillo, detenido también el 7 de enero de 1975 y que estuvo 14 días en Villa Grimaldi, relató que entre el día 10 u 11 de enero llevan a mi celda a Miguel Ángel Sandoval Rodríguez, actualmente desaparecido. Estaba mal físicamente, lo habían golpeado mucho. Me decía que ojalá pudiéramos salir pronto de esto”.

Embajada de Italia

La situación represiva sufrida por Lumi Videla, militante del MIR, fue conocida por la opinión pública porque el 4 de octubre de 1974 su cadáver fue arrojado por sobre la pared al interior de la Embajada de Italia. Aunque la prensa de la época atribuyó la muerte a rivalidades entre los asilados en el recinto diplomático, la verdad es que Lumi Videla había muerto el día anterior por efecto de las torturas a que fue sometida en la cárcel clandestina de la calle José Domingo Cañas en Ñuñoa.

Alberto y Catalina Gallardo, Mónica Pacheco y Luis Ganga, fueron hechos aparecer como muertos en un enfrentamiento con fuerzas de seguridad supuestamente ocurrido en Rinconada de Maipú al mediodía del 19 de noviembre de 1975. Pero la investigación judicial de los últimos años estableció que fueron asesinados por agentes de la DINA, y sus cuerpos trasladados al lugar donde fueron encontrados.

El ex agente de la DINA Amador Fuentes Salas, de chapa “Hernán Galleguillos” entrevistado por La Nación en 2003, declaró que estas personas fueron sacadas ya muertos desde Villa Grimaldi, y que el falso enfrentamiento fue grabado en exclusiva para Televisión Nacional por el periodista Julio López Blanco.

Estos casos son algunos de los protagonizados por Miguel Krassnoff Martchenko, asesino a sueldo de la alta burguesía y el empresariado y que hoy es gobierno con Piñera. Hoy, esta misma burguesía, pretende aprovechar el coronavirus y dejar en libertad a estos sanguinarios asesinos y no lo podemos permitir. Con pandemia o no, la ciudadanía debe impedir que triunfe el crimen y el sadismo sobre el pueblo de Chile. Esa es nuestra responsabilidad.

“Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copia a sus amigos; nueve de cada diez la estarán esperando. Millones quieren ser informados. El Terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad”. (Rodolfo Walsh)

TE PUEDE INTERESAR

Deja un comentario